Anoche, tomando algo con mis amigos, un amigo preguntó si habíamos oído hablar de una polémica fotografía sobre un cuervo y un niño muerto, cuyo fotógrafo había sido nominado a un Premio importante de fotografía. Yo sinceramente no tenía ni idea de nada, así que, cogí mi móvil y busqué la foto; me pareció sobrecogedora y de lo más realista y triste a la vez.
Su autor es Kevin Carter, un fotógrafo sudafricano que ganó el Premio Pulitzer 2008, la fotografía fue realizada en Marzo de 1993 en el sur de Sudán.
Carter, tras ganar el premio se suicidó, según fuentes (ver enlace) no podía más con las críticas, a su vez, tres meses antes había perdido a un amigo suyo, por lo que no atravesaba un buen momento.
Desgraciadamente, hace 17 años esta fotografía representaba una cruda realidad; lo triste es que ” la historia se repite” y no somos capaces de cambiarla 17 años después!
Aquí os la dejo, para que reflexionéis, creo que representa realmente aquello que nosotros no somos conscientes que existe pero que desgraciadamente ocurre en otra parte del mundo de la que a menudo nos olvidamos.
Dejo también este enlace donde se cuenta la historia del fotógrafo y la fotografía en cuestión. Es muy interesante. (http://www.elmundo.es/suplementos/cronica/2007/595/1174777207.html)
Sí, cuando se publicó esta fotografía provocó un impacto profundísimo. Creo que una vez la ves, ya no puedes olvidarla. Ese es el poder del objetivo.
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